Donde los nervios se juntan con la ilusión de mañana.
Crean o no, son niños llenos de gran inocencia.
Sus sueños,se convertirán en realidad en la mañana del día seís.
Aún recuerdo los zapatos de todos los hermanos puestos en la chimenea del comedor.
Ahí era donde comenzaba nuestra primera y gran ilusión.
Al lado dejábamos una bandeja con tres copas y dulces navideños,para que SSMM.descansasen y repusiesen fuerzas para seguir llevando las ilusiones de otros niños a sus casas.
La mañana comenzaba abriendo la puerta del comedor,esperando desayunar todos juntos ese chocolate con roscón que se nos hacía interminable.
En cada zapato, una papelera multicolor llena con todos los dulces inimaginables y decoradas con la espectacularidad que caracteriza a Mallorca.
De ahí hacíamos una cola hasta llegar a la puerta del salón,papá y mamá llave en mano.
En cuanto se oía el clic de la llave girar los nervios iban en aumento y por fin ahí, se encontraban todos los sueños y más, que ningún niño pudiese imaginar.
Los juguetes ordenados y repartidos por cada sofá y la mesa de centro,era realmente espectacular,como entrar en una gran juguetería.
Algo que fuimos viviendo año tras año y que ha quedado grabado en nuestra retina con toda la ilusión jamás soñada.
Doy gracias por haber vivido esos momentos mágicos,que hicieron de nosotros el gran día del año.
Mañana ellos vivirán esa ilusión yendo a casa de sus abuelos.Cuando entren en el salón verán como la magia de Oriente abrirá los sueños que cada uno de ellos tenía guardado en su corazón.
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