El día ha amanecido con niebla y de gris oscuro.
Pero mi corazón se ha despertado brillante y puro.
A mi lado como siempre hallé tu presencia.
Llenando mi vida de una inmensa esencia.
Empeñada en querer estar siempre contigo.
Cuando no te tengo eres mi mayor castigo.
Si tú me faltas se me mueren todos mis días.
Y el sol se vuelve tormenta dañando mi alegría.
Por tu cumpañía me rendiría sin condición.
Sin poner pegas ya que tú eres mi predilección.
Cuando me miras tus ojos salpican cartas de amor.
Recordando el principio de lo que dejó un buen sabor.
Eres mi Quijote llenándome de ilusiones.
Todos tus alagos se vuelven confesiones.
El brillo de tus ojos me confiesan tus te amo.
Y sólo por eso pondría la luna sobre tu mano.
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