Donde los sueños se hacen realidad.

domingo, 18 de septiembre de 2011

AMANDO SIN PERDER LA ESPERANZA.

Me enamoré locamente sin saber que iba a perder.
Era un tiempo donde enamorarse sin consentimiento y de alguien que no era de tu clase social traía complicaciones.
Yo,era una chica sencilla,nacida en un barrio humilde,pero rodeada del cariño de mi familia.
Mi madre era modista de la alta sociedad y mi padre era vigilante en un colegio.
Mis padres siempre solían decirme:
-Te pasas el día en las nubes y un día te vas a caer de ellas.
Cuánta razón tenían.
Pero yo tenía mis sueños,era inocente y seguía inmersa en mi mundo.
Fueron pasando los años y me convertí en una joven y bella adolescente.
Un día mi madre me pidió que le hiciese un favor.
Tenía que entregar un vestido a una de sus clientas a las afueras de la ciudad.
Yo era la única que podía hacerlo,ya que ellos (mis padres) no conducían.
Me fuí a llevarle el vestido de gasa a su clienta y allí comenzó mi historia.
Al llegar a la casa,no me lo podía creer, era como estar en un cuento de princesas.
Me abrió la puerta un mayordomo perfectamente uniformado con su traje negro y sus guantes impecablemente blancos.
Nada más entrar en el hall una escalera de mármol blanca que partía en dos la sala.
Una araña con sus cristales impolutos y toda ella encendida y colgada de un techo con unas molduras anchas con una finura esquisita.Sus paredes de madera oscura y cubiertas de impresionantes pinturas y grandes tapices.
Nunca había estado en un sitio igual,me sentía totalmente deslumbrada por tanta belleza.
Mientras yo estaba atónita entró él.
Un joven alto,esbelto,con un pelo moreno y ondulado,unos ojos grandes negros y perfectamente conjuntado.
En pocas palabras ;me cautivó.
Sín más ,se dirigió hacia mi y me dijo:
-Estás esperando a mi hermano ¿verdad?.
Yo con una voz entre cortada le contesté.
-No,he venido a entregarle este vestido a la Señora.
Él se rió y me pidió perdón.
Me dijo que su hermano solía tener muchas visitas.
Sín pensármelo le entregué el maravilloso vestido y me fuí.
Al salir me dirigí hacia el coche.No arrancaba.
Ahí sin más volvió a aparecer él,no sabía que hacer o como disimular,pero el maldito viejo coche no quería arrancar.
En ese mismo momento me dijo:
-No te preocupes,deja tu coche que yo te llevo.
Empezamos a vernos,al principio fue un día a la semana,pasando el tiempo fueron cada trés días y así hasta que nos fuimos viendo asiduamente.
Todo era como estar soñando,no nos parábamos a pensar en las complicaciones que nos podía ocasionar.
seguíamos viéndonos hasta que se fué consolidando y convirtiéndose en algo más que un sólo sueño o capricho.
Lo nuestro era pasión,amor,y una obsesión.
Nuestras familias no estaban enteradas de esta relación.
Hasta que un día sus padres empezaron a hacerle preguntas y él les contó.
Se pusieron en su contra pero le dió igual.
Seguimos luchando por un amor incondicional y sin importarnos el que dirían.
Seguimos así durante dos años más.
Era una gran locura,pero estábamos enamorados y nos deseábamos,estábamos hechos el uno para el otro,era como si el destino nos hubiese juntado.
Una noche como otras tantas que permanecíamos juntos le dije que estaba embarazada.
Él sonrió me abrazó y me dijo que estaba loco de emoción,que era lo mejor que podía pasarnos porque entonces nos casaríamos.
Después de esa noche no sé que pasó pero no volví a verlo.
Desapareció de la ciudad,sin dejar una nota,un teléfono o algo donde pudiera ponerme en contacto.
Era como si la tierra se lo hubiese tragado.
Mi tristeza era inmensa ,preguntándome por qué,por qué me había abandonado.
Mi mundo,mi ilusión,mi amor,todo se desvaneció.
Yo decidí seguir adelante y tener a mi hijo,un hijo deseado y fruto de nuestro amor,de la pasión y por qué no decirlo era lo único que me quedaba de él para seguirle recordando.
Cuando mi hijo fue creciendo le conté la bella historia que habíamos vivido sus padres.
Tengo que decir hoy por hoy,  que no perdí,que tampoco fue un error y que mi hijo fué lo más maravilloso que podía tener.
Me devolvió la alegría, la esperanza y la ilusión a mi vida.
Todos los día preguntaba por su padre.
Buscaba en hemerotecas una pista,algo que le llevase hacia él.
Llegó un día en el que emprendió su camino,se fue de la ciudad para estudiar.
No quería quedarme sola,pero tampoco podía arruinar su futuro por egoismo.
Toda las semanas llegaba una carta diciéndome lo feliz que se sentía y lo ilusionado que estaba con su carrera.
Ya quedaba pocos meses para volver a reencontrarnos,lo hariámos en las fiestas de Navidad.
En su última carta me decía que me traía el mejor regalo que jamás podía soñar.
Yo no quería que se gastase el dinero en mí,si no que ahorrase para sus necesidades.
Nunca olvidaré esa Noche Buena cuando llamó al timbre y pude abrazarlo después de cuatro meses sin verlo.
Se separó de mi y me dijo :
-Mamá te he traido un regalo y no puedo esperar a dártelo,tiene que ser hoy.
Se apartó y saliendo de detrás de la puerta ahí estaba él,mi amor,mi sueño,mi pasión,el padre de mi hijo.
Me miró con esos ojos negros llenos de lágrimas,me cogió dándome el mayor abrazo y pidiéndome perdón.
Desde ese momento jamás volvimos a separanos,aprovechamos todo el tiempo perdido,le dimos un hermano a nuestro hijo y juntos construimos una gran y deseada familia.

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