Mirando a las estrellas su nombre alto grité
y la luna que andaba dormida al momento desperté.
¿Por qué chillas así?,me pregunta la luna.
Yo le respondí;Por tener esperanza alguna.
No hace falta que grites,debes saber escuchar.
Atenta estate callada y su voz volverá a hablar.
La luna tenía razón y con paciencia su voz esperé.
Como un susurro entre las olas sus palabras abracé.
Las nubes se apartaban para su rostro volver a ver.
El reflejo de sus ojos verdes no me quería perder.
Volví a recuperar el tiempo perdido del ayer.
Mi corazón palpita de nuevo agradeciendo su querer.
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