Con ella todo comparto y no de calquier manera.
Con su sangre escribo mis tristezas y sensaciones.
Me ayuda a componer mis alegrías y emociones.
Las palabras las plasma en los corazones inquietos.
Son canciones en pentagramas disfrazadas de sonetos.
Suele acompañarme en los días nublados.
O cuando el papel se siente algo mojado.
Ella escribe las historias de mi vida.
No me deja aunque esté deprimida.
Callada se encuentra postrada en mis manos.
Escapándose entrelazada sobre mis dedos ensangrentados.
La grandilocuencia es compartir lo escrito.
Y a ella estas palabras con cariño le dedico.
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