Tumbada en la cama pero estando despierta,oigo una voz que dice;
-te he hecho café,¿quieres unas tostadas?.
Sé que estoy despierta y que no es un sueño.
Levanto la cabeza le miro con una sonrisa y pienso: esto es el universo.
Ni un grito , ni una voz más alta que otra , tan solo se oye el aire entrando por la ventana y el
piar de los pájaros.
Cuánto tiempo sin tener esta sensación , anhelaba el silencio que ahora lo siento casi perfecto.
Compartimos el desayuno y conversamos lo maravilloso de este momento , sin interrupciones,
sin que oigamos : mamá , papá....
Terminamos , nos duchamos y salimos a dar un paseo,todo es paz y tranquilidad.
Los dos solos (bueno y Lola) cogidos de la mano y obsevando la felicidad que nos embriaga.
A mis hijos les quiero con locura , pero este respiro de diez días me ha vuelto a regalar el poder
disfrutar del amor como si de una luna de miel se tratase.
Siendo yo misma , sin genio , sin mal caracter , sin peleas.
Pensé que había cambiado , pero he comprendido que no , que sigo siendo la misma de antes , alegre y divertida ,
nada más que las circunstancias de la vida te hacen ser en cada momento diferente y hay que adaptarse a ello.
Doy las gracias a quienes han podido hacer de este sueño una realidad:
Leticia y Alfredo , Coke y María , los guardianes de mis hijos en estos días.
A Cristina y Pepe por regalarnos esta estancia de soledad en La Vádima.
Y a tí darling por seguir queriéndome como el primer día.
Gracias por haber hecho de este mi sueño una realidad.
Gracias.
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